TUVE EL GUSTO de conocer personalmente a Ana María Matute en 2003, en un inolvidable curso de verano en El Escorial en el que también participaron figuras como Benedetti, Ángel González y Vázquez Montalbán. La proverbial fragilidad física de esta mujer era especialmente acusada en aquellos días, como consecuencia de una caída que la tenía con la muñeca derecha escayolada. Eso no le impedía, sin embargo, sentada en la terracita del local en que se desarrollaban los cursos, con una cerveza en la otra mano, si era por la mañana, o algo más… consistente, si era por la tarde, atender solícita a la mucha gente que se le acercaba y tratar a todos como si fueran amigos de la infancia. No había fotografía a la que se negara, pregunta a la que no respondiera. Con ligera socarronería en algún caso. Es posible.
Lo he recordado hoy, al toparme en televisión, por casualidad, con la rueda de prensa que estaba ofreciendo en Barcelona con motivo de haberle sido concedido el Premio Cervantes. He resumido en unos 15 minutos (máxima duración de los vídeos en Youtube) la interesantísima entrevista.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
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